En el 2014 inicié  un proyecto fotográfico sobre personas que no tienen dónde dormir. Gente pobre, viejos olvidados por sus familias, personas perdidas que nunca pudieron volver a casa, personas con alguna discapacidad o algún problema de salud que no les permite ejercer algún trabajo digno. 
Siempre me quedo inquieto y helado al ver en las calles a estas personas que muchas veces pasan desapercibidas por todos, en una ciudad insensible y vertiginosamente en movimiento habitan los indigentes. Quietos e invisibles como si cargaran con el estigma de la culpa por ser pobres, enfermos, viejos, discapacitados o en muchos casos  inmigrantes. 
Un derecho humano es tener vivienda digna y alimentación. Me pregunto  cómo es la vida de estas personas sin estos derechos tan fundamentales,  cuál es su historia. Me tomo un momento para observarlos y  trato de ponerme en sus zapatos si es que ellos traen. Justo en ese momento me surge la necesidad de hacerlos visibles, de proyectarlos y mostrar las condiciones en las que viven.
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