A mi me gustaría por encima de todo decir que el año que viene es muy difícil.  Nuestros hijos están creciendo y por lo mismo las dificultades entre nosotros pueden crecer. Tenemos nosotros una gran responsabilidad porque la intromisión de los adultos en la vida de los jóvenes, en la vida de los niños implica mesura, implica compromiso y no acicalar los conflictos.
Entonces, a mi me gustaría que lo pudiéramos reflexionar para que pudiéramos avanzar. Porque siempre el reto no es llegar a éste año nuevo sino el reto es llegar al otro año nuevo; más unidos no más hipócritas, sino más unidos. Aprendiendo a resolver nuestros propios conflictos y nuestras propias diferencias ¡sabiendo que somos diferentes todos! pero que en el respeto podemos tolerarnos,  saber que somos diferentes todos y todos nos podemos respetar. 
Sabiendo que todos tenemos ideas brillantes, ideas desastrosas pero que si las combinamos y si probamos una y luego la otra, y todas estas diferencias tratamos de sacar consenso; a lo mejor lo que vamos hacer es que nos vamos a entender y en efecto vamos a lograr preservar la unidad.  
Pero, yo creo que esto implica un gran esfuerzo de todos nosotros y el llamado vale la pena en el sentido de decir, ¡bueno, hagamos el esfuerzo! la vida nos enseña, nadie nos enseña a ser padres estamos aprendiendo a ser padres, estamos aprendiendo a ser hermanos, aprendemos a ser vecinos.
Algo que mi me agrada es que mientras la calle donde yo nací, donde todos nacimos se muere, nosotros estamos vivos. Aquí estamos,  estamos refrendando esa calidad de vida que pocas veces podemos hablar. Y yo hablo de calidad humana cuando hablo de calidad de vida, no hablo de estatus social, hablo de calidad humana. Hay quienes pueden tener todo y están destrozados. Nosotros tenemos nada, y espero que si tenemos mañana algo no sirva para despedazarnos. Porque ahí donde cesa la miseria empieza la codicia. Y entonces, ¡el día que sobra un peso! empiezan las dificultades. Porque cuando falta buscamos con quien compartirlo, pero cuando sobra entonces decimos cómo le hago para amasarlo.  Y se nos olvida que hay otro que tal vez atrás está buscando un veinte y no un peso.  
Construyamos con todas estas cosas y hagamos cosas, yo repito, han pasado o pasarán muchas cosas, pero por encima de todo, el esfuerzo de cada uno es lo que se aporta. Es como un ideal pero es un ideal perdido, un ideal que suena a quimera, que suena a ilusión, pero digamos que si lo tratamos de hacer, yo creo que lo vamos hacer. Creo que hay la calidad y la capacidad,  los principios y los valores suficientes para hacer el intento. No quiero mencionar a mis padres porque cuando yo estoy hablando estoy pensando como ellos me trataron de enseñar. Por todo esto y por ustedes, yo brindo. Salud.
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Palabras que dijo Bulmaro Villarruel un 31 de diciembre a propósito de un nuevo año. 
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